viernes, 8 de mayo de 2009

Desaparición de un personaje en el tiempo y en el espacio



Neruda no escribió
los versos más tristes
aquella noche.
No te conoció. No te tuvo.
Pero,
¿qué haré yo si sólo tendré
sueños tuyos
que no se harán realidad
hasta el día siguiente,
al menos?
¿Morirán los felices pájaros,
llorará la alegre primavera,
ahora que escribo
todo lo que pienso?
Es la ida,
es el peso,
es éste el último beso
antes de mi partida.
Queda
tú con las cosas nuestras, tú que puedes,
que yo me iré donde la noche quiera.
Pero no olvides escribirme
-siete hojas, al menos-;
no olvides llamarme;
no olvides besarme, amarme,
cada noche
con tu verso, vida mía,
con tu verso.
No olvides recordar
que no debes olvidarte
que en este mundo no hay
quien más que yo pueda amarte.

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